Destronó a su padre Beyazid II en 1512. La muerte de Beyazid se produjo muy poco después, camino de su retiro en Demotika. Afianzó su ascensión al trono otomano al matar a sus hermanos y sobrinos. Era esta un costumbre que había sido practicada en la dinastía otomana, entre otros, por su abuelo Fatih («El Conquistador») Mehmed II.
Hubo una guerra civil entre su padre Beyazid y su tío Cem, así como entre el mismo Selim y su hermano Ahmed. Selim tuvo la determinación de no tener los mismos problemas con sus otros hermanos, y los ejecutó a todos.
Atacó y destruyó el Sultanato Mameluco en las Batallas de Marj Dabiq y Al-Raydaniyya, que permitieron la anexión de Siria, Palestina y Egipto. Igualmente extendió el poder otomano a las ciudades santas de La Meca y Medina. Cuando Egipto y sus provincias árabes fueron conquistadas a los Mamelucos, se proclamó a sí mismo como el Jadim ul Haremeyn, «El Criado de los Dos Sagrados Lugares Santos», en vez de Hakim ul Haremeyn, «El Gobernador de los Dos Sagrados Lugares Santos».
Selim decidió declarar la guerra al Imperio Safavi de Persia, cuyo gobernante el Sha Ismail reclamó para sí dicho título de califa. La campaña militar que siguió fue un triunfo total para Selim, cuya solidez y bravura superaron la pusilanimidad e insubordinación en su contra de los jenízaros, las tropas de la Sublime Puerta, sus más experimentados combatientes que en ese momento no estuvieron a la altura de las circunstancias.
Después de que Selim se convirtiera en el amo y señor de las ciudades santas del Islam y capturara Egipto junto con Al-Mutawakkil III, el último Califa de la dinastía Abasí que residía allí, Selim le incitó a que cediera formalmente el título del califa así como sus emblemas más reconocidos, la espada y la capa del profeta Mahoma.
Tras la vuelta de Selim de su campaña egipcia, este realizaba los preparativos para una expedición contra Rodas cuando cayó enfermo y murió en el noveno año de su reinado. Tenía aproximadamente cincuenta y cinco años de edad.
Falleció a consecuencia del carbunco o ántrax, una infección en la piel, que desarrolló durante los ocho años a caballo que transcurrió su reinado envuelto en campañas militares. Antes de morir eleigió como sucesor a su hijo Solimán y mató cruelmente a todos sus hijos para que Solimán no tuviera problemas internos en su sultanato. Fue también un poeta y escribió con el apodo mahla Selimi.
En uno de sus poemas, escribió:
El mundo entero
no sería una soberanía
lo suficientemente vasta
para un solo monarca.
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