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lunes, 30 de mayo de 2011

la Batalla de Bicocca

1° Batalla de Bicocca

27.04.1522


La Batalla de Bicoca es el nombre que recibió el combate cerca de la localidad del mismo nombre, situada en el antiguo Milanesado, muy cerca de Milan por el norte.

El ejército compuesto por las fuerzas combinadas de Francia y la República de Venecia se enfrentó al ejército Imperial español al mando de Prospero Colonna. Merced a una mejor táctica, las tropas de Carlos V lograron una aplastante victoria.

Los mercenarios suizos, que no habían recibido su salario, exigieron una batalla inmediata, forzando al comandante francés Odet de Lautrec a atacar la posición fortificada de Colonna en el parque de Bicocca, al norte de los muros de Milán.

La superioridad numérica se inclinaba del lado francés, y la infantería suiza confiaba en grandes formaciones de picas para envolver y masacrar al enemigo. Al comenzar la batalla, los suizos se dispusieron en dos cuadros y avanzaron con paso firme hacia las tropas españolas de Prospero Colonna, mientras resistían los disparos de cañón del enemigo.

No obstante, al cruzar el camino que separaba a ambos ejércitos, los suizos se vieron obligados a subir una ligera cuesta. Esto les impidió cargar inmediatamente contra los españoles y les convirtió en un blanco perfecto para los arcabuceros, quienes abrieron fuego continuo contra los suizos. Tras perder 3000 hombres (entre los que se encontraban 22 capitanes), los suizos se vieron obligados a retirarse sin llegar a entablar batalla real.
Según algunos autores, esta batalla señaló un importante giro en las prácticas bélicas por el rol que en ella tuvieron las armas de fuego portátiles, en especial los arcabuces de los españoles. Bicoca, junto a la posterior Batalla de Pavía (1525), puso de manifiesto que la época de la pica y la caballería pesada había llegado a su fin, dejando paso a las emergentes armas de fuego que trastocarían el campo de batalla para siempre.
Al comienzo de la guerra en 1521, el Emperador Carlos V y el Papa León X unieron fuerzas contra el Ducado de Milán, principal posesión francesa en Lombardía. Un gran ejército papal al mando del Marqués de Mantua, junto a tropas españolas procedentes de Nápoles y otros contingentes menores del resto de Italia, se concentraron cerca de Mantua.
Las fuerzas alemanas enviadas al sur por Carlos cruzaron junto a Vallegio, en territorio veneciano, sin ser molestadas. Las fuerzas papales, españolas y alemanas combinadas bajo el mando de Próspero Colonna, penetraron entonces en territorio francés.
Durante los meses siguientes, Colonna llevó a cabo una guerra de maniobras contra Odet de Foix, Vizconde de Lautrec, el comandante francés, asediando ciudades pero rehusando presentar batalla.
Para otoño de 1521, el ejército de Lautrec, que mantenía una línea defensiva desde el río Adda hasta Cremona, comenzó a sufrir deserciones masivas, particularmente entre los mercenarios suizos. Colonna aprovechó la oportunidad que se le ofrecía y, avanzando junto a los Alpes, cruzó el río Adda en Vaprio; Lautrec, carente de infantería y asumiendo la campaña anual finalizada, se retiró a Milán. Sin embargo, Colonna no tenía intención de frenar su avance. La noche del 23 de noviembre, lanzó un ataque sorpresa a la ciudad, abrumando a las tropas venecianas que defendían uno de los muros. Tras la subsiguiente lucha callejera, Lautrec se retiró a Cremona con 12.000 hombres.
En enero, los franceses habían perdido Alessandria, Pavía y Como.

Mientras, Francisco II Sforza, con un contingente de refuerzos germanos, había esquivado una fuerza veneciana en Bérgamo para posteriormente unirse a Colonna en Milán.

Mientras, Lautrec había recibido los refuerzos de 16.000 piqueros suizos y tropas de refresco venecianas, junto a varias compañías francesas al mando de Thomas de Foix-Lescun y Pedro Navarro; también se había asegurado los servicios del condotiero Giovanni de Médicis, que puso sus Bandas Negras al servicio francés.

Los franceses atacaron Novara y Pavía, esperando atraer a Colonna a una batalla decisiva.

Colonna abandonó Milán, fortificándose en el monasterio de Certosa, al sur de la ciudad. Lautrec, temiendo grandes pérdidas si asaltaba la posición frontalmente, amenazó las líneas de comunicación de Colonna barriendo el área entre Milán y Monza, cortando así las líneas de comunicación de la ciudad con los Alpes.
La Batalla
Pero Lautrec se vio atrapado por las exigencias de los mercenarios suizos, que formaban el grueso de sus tropas. Albert von Stein y el resto de capitanes mercenarios, al no haber recibido una sola de sus pagas desde que llegaron a Lombardía, exigieron a Lautrec que atacara al Ejército Imperial inmediatamente, o regresarían a sus cantones. Lautrec accedió a regañadientes, marchando hacia Milán.
Entretanto, Colonna se había retirado a una formidable posición: el parque mansión de Bicocca, seis kilómetros al norte de Milán. El parque se alzaba entre un largo terreno pantanoso al oeste y la carretera principal hacia Milán en el este, por esta carretera discurría un profundo dique, cruzado por un estrecho puente de piedra a cierta distancia al sur del parque. El lado norte del parque se hallaba bordeado por una carretera hundida. Colonna la hundió un poco más y construyó un muro de tierra en el bancal sur. La artillería Imperial, emplazada en varias plataformas protegidas por el muro, protegía los campos del norte y varias partes de la misma carretera.
La longitud del área norte del parque era menor de 548,64 m, lo que permitía a Colonna concentrar sus tropas. Justo detrás de la muralla se situaban cuatro rangos de arcabuceros españoles, dirigidos por Fernando de Ávalos, Marqués de Pescara. Éstos quedaban respaldados por piqueros españoles y alemanes bajo el mando de Georg von Frundsberg.

Al sur se posicionaba el grueso de la caballería Imperial compuesta por los célebres tercios españoles, a considerable distancia tras la infantería. Una segunda fuerza de caballería se situaba más al sur, guardando el puente.
La tarde-noche del 26 de abril, Lautrec envió una pequeña fuerza de reconocimiento de 400 jinetes, al mando de Sieur de Pontdormy. La patrulla informó que el terreno se interrumpía con diques agrícolas, lo que hacía complicado maniobrar, pero esto no disuadió a los suizos. Colonna, observando la aproximación francesa, envió mensajeros a Milán en busca de refuerzos. Francisco Sforza llegó a la mañana siguiente con 6400 soldados, que se unieron a la caballería en defensa del puente sur.
Al atardecer del 27 de abril, Lautrec lanzó su ataque. Las Bandas Negras limpiaron el campo de estacas españolas, barriendo el terreno frente a las posiciones imperiales. Dos columnas suizas, cada una comprendiendo entre 4000 y 7000 hombres, acompañaban a varias baterías de cañones a la cabeza del avance francés.

Se disponían a asaltar frontalmente el frente fortificado del campamento Imperial.

Lescun, mientras, dirigía un cuerpo de caballería a lo largo de la carretera a Milán, con intención de flanquear el campamento y atacar el puente de retaguardia. El resto del ejército francés, incluyendo la infantería francesa, formó una amplia línea a cierta distancia de las dos columnas suizas. Tras ellos se disponía una tercera línea formada por fuerzas venecianas de Francisco María I della Rovere, duque de Urbino.
El mando combinado del asalto suizo fue desempeñado por Anne de Montmorency. Mientras las columnas suizas avanzaban hacia el parque, les ordenó detenerse y esperar que la artillería francesa bombardeara las defensas imperiales, orden que ignoraron los suizos. Puede que los capitanes suizos dudaran que la artillería tuviera algún efecto en el muro de tierra.

De cualquier modo, los suizos maniobraron rápidamente hacia las posiciones de Colonna, dejando la artillería a distancia atrás. Aparentemente, existía algún tipo de rivalidad entre sendas columnas, dado que una, dirigida por Arnold Winkelried von Unterwalden, se componía de soldados procedentes de cantones rurales, mientras la otra, al mando de Albert von Stein, comprendía contingentes de Berna y los cantones urbanos.

El avance suizo les colocó al alcance de la artillería Imperial. Carentes de cobertura en el campo abierto, sufrieron cuantiosas bajas, hasta mil suizos podrían haber muerto para cuando tomaron contacto con las líneas imperiales.
Anne de Montmorency dirigió el asalto suizo, siendo el único superviviente de los nobles franceses que en él tomaron parte. Los suizos frenaron en seco cuando sus primeras líneas alcanzaron la carretera hundida frente al parque. La profundidad de la carretera y la altura del terraplén, que conjuntamente superaban la longitud de las picas suizas, bloquearon su avance. Avanzando al sur por la carretera, los suizos sufrieron bajas masivas a causa del fuego de los arcabuceros de Ávalos.

Aun así, los suizos intentaron penetrar en las líneas imperiales mediante una serie de cargas desesperadas. Grupos de piqueros alcanzaron la cima del terraplén, donde chocaron contra los lansquenetes, que habían tomado posiciones frente a los arcabuceros. Uno de los capitanes suizos fue muerto por Frundsberg en combate singular, y las compañías suizas, incapaces de superar el muro de tierra, fueron rechazadas de nuevo a la carretera. Después de media hora de intentos, los restos de la vanguardia suiza se retiraron hacia la línea principal francesa. En los campos que habían cruzado dejaban más de 3000 muertos. Entre ellos se encontraban veintidós capitanes, incluyendo a Winkelried y Albert von Stein.

De los nobles franceses que acompañaron el asalto, sólo sobrevivió Montmorency.

Lescun, junto a 400 jinetes de caballería pesada bajo su comando, había alcanzado el puente al sur del parque, combatido para cruzarlo y alcanzado el campo imperial. Colonna respondió enviando un destacamento de caballería con Antonio de Leyva para frenar el avance francés, mientras Francisco Sforza subía la carretera hacia el puente, con el objetivo de rodear a Lescun. Pontdormy detuvo a los milaneses, permitiendo a Lescun escapar del campamento; la caballería francesa deshizo su camino y se reunió con el grueso del ejército.

Desoyendo las peticiones de Ávalos y varios comandantes imperiales, Colonna rehusó ordenar un ataque a gran escala sobre los franceses, señalando que la mayoría del ejército francés, incluyendo el grueso de su caballería, permanecía intacto. Indicó que los franceses ya habían sido derrotados, y pronto emprenderían la retirada. Esta afirmación fue compartida por Frundsberg.

Sin embargo, pequeños grupos de arcabuceros españoles y caballería ligera intentaron perseguir a los suizos en retirada, pero fueron detenidos por las Bandas Negras, que cubrían el repliegue de la artillería francesa.

El juicio de Colonna se desveló correcto. Los suizos no estaban muy dispuestos a iniciar un nuevo ataque, y regresaron a sus hogares el 30 de abril. Lautrec, considerando que su resultante debilidad en tropas de infantería hacía imposible continuar la campaña, se retiró al este, cruzando el río Adda y penetrando en territorio veneciano cerca de Trezzo. Cuando alcanzó Cremona, dejó a Lescun al mando de los restos del ejército francés y cabalgó sin escolta hacia Lyon, para presentar su informe al rey Francisco I.
Consecuencias

La partida de Lautrec condujo al completo colapso de la posición francesa en el norte de Italia. Libres de la amenaza del ejército francés, Colonna y Ávalos avanzaron sobre Génova, capturando la ciudad tras un breve asedio.

Lescun, consciente de la pérdida de Génova, llegó a un acuerdo con Francisco Sforza por el cual el Castello Sforzesco en Milán, que seguía en manos francesas, rendía armas, y las tropas que había en su interior se retiraron cruzando los Alpes.

Los venecianos, bajo el mando del recién elegido Dogo Andrea Gritti, perdieron interés en continuar la guerra. En julio de 1523, Gritti firmó el Tratado de Worms con Carlos V, por el cual la República de Venecia abandonaba la contienda.

Francia intentaría recuperar Lombardía por dos veces antes del final de la guerra, sin éxito. Los términos del tratado de Madrid, que Francisco I se vio forzado a firmar tras su derrota en Pavía, dejarían Italia en manos españolas.
Otra consecuencia de la batalla fue la actitud hacia los suizos. Regresaron a sus montañas reducido su número, pero mucho más reducida su audacia; pues es conocido que tras las pérdidas sufridas en Bicoca les afectaron tanto que, durante los siguientes años, no mostraron de nuevo su vigor acostumbrado.

En un ámbito más general, la batalla puso de relieve el rol decisivo de pequeños destacamentos sobre el campo de batalla.

Aunque las virtudes del arcabuz no serían plenamente explotadas hasta la Batalla del Sesia (donde los arcabuceros prevalecerían sobre la caballería pesada en campo abierto) dos años más tarde, el arma se convertiría no obstante en un pequeño sine qua non para cualquier ejército que no quisiera otorgar una ventaja decisiva a sus oponentes.

Aunque los piqueros seguirían jugando un importante rol en combate, se igualaba su importancia a la de los arcabuceros. Juntos, ambos tipos de infantería serían combinados en las unidades llamadas de "pica y disparo", que se mantendrían hasta el nacimiento de la bayoneta a finales del siglo XVII.

La doctrina ofensiva suiza, "presión de picas" sin soporte de armas de fuego, había quedado obsoleta. De hecho, las doctrinas ofensivas en general fueron reemplazadas por otras más defensivas. La combinación de arcabuces y fortificaciones de campo convertían los asaltos frontales sobre posiciones atrincheradas en demasiado costosos para ser efectivos, de modo que no se repitieron durante el resto de las guerras italianas.


Desde entonces en español y en lunfardo, la palabra "bicoca" se utiliza para definir una ganancia fácil.

domingo, 22 de mayo de 2011

la 5° Guerra Italiana (1521-1525)

La 5° Guerra Italiana (1521-1525)
La Guerra de los 4 años

Francia . Venecia . Navarra
vs
España . Imperio Sacro . Vaticano . Estados Pontificios . Inglaterra

Antecedentes
Tras la muerte en 1519 de Maximiliano I de Habsburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos I de España fue designado como su sucesor, formando un estado que ocupaba casi la mitad del territorio europeo y paso a ser Carlos V de Europa.

Francisco I habia prometido a varios principes sumas cuantiosas, pero Carlos I supero todas las expectivas con el apoyo monetario de los banqueros Fugger.

Ademas Carlos prometio al Papa Leon X (foto) sin duda a cambio de la Dieta de Worms, la devolucion de los estados de Parma y Piacenza (a los Medicis) y el Milanesado (a los Sforza) en manos francesas hasta ese momento, y el papa se conprometia a seguir la batalla hasta echar a los franceses de la Lombardia. Solo Venezia quedaba del lado frances. Y secretamente el Imperio Otomano.

Francisco I de Francia que había optado a la sucesión del imperio de Maximiliano, aprovechó la invasión española de Navarra para comenzar una guerra contra España.

En 1521 se producen varios hechos que reparten sobre todo a Carlos I convirtiendolo en Carlos V de Europa: Carlos echa a Martin Lutero por la Dieta de Worms y este es desterrado llevando el Protestantismo por todo Europa. Hernan Cortes no lleva el luteranismo sino viruela que mata a la mitad de los indios mexicanos. Ademas el Soleiman entraba en Belgrado y caia Europa del este (menos Dracula) a manos de los turcos.


Antes de celebrarse la primera Batalla de la Guerra de los Cuatro Años, las tropas francesas a cargo de Enrique II de Navarra toman la ciudad enclave de Fuenterrabia (es la ciudad mas norteña del Pais Vasco), y por lo tanto es esencial para el cruce de tropas entre Francia y España. Entre las señores franceses estaban Guillermo Gouffier y Claudio de Lorena

1° Batalla: Pamplona (1521)

Carlos I tenia varios frentes sobre todo internos en España. Despues de la captura de Navarra el rey Enrique II de Navarra y el general Andre de Foix tomaron con el apoyo frances y sobre todo de la poblacion navarra el reino.

Pero Carlos I tomo la suerte de un rapito reclutamiento de tropa de otros frentes internos solucionados y que tuvo la oportunidad para poder pagarles de esa forma a la soldadesca.

La perdida de Navarra se dio sobre todo por errores estrategicos del general de Foix al querer citiar Logroño al producirse la batalla de Noain.


2° Batalla: Noain (1521)

Carlos I ya tenia para ese momento el interior bastante tranquilo y bajo su mando a Castilla y Aragon unificada nuevamente.

Las tropas de de Foix contaban en sus filas con vascos y gascones mientras que las tropas castellanas ya tenian presencia de toda España y llegaban refuerzos de los vascos oñacinos. Por lo que varias plazas decidieron pasarse de bando.

Una vez tomado preso y ciego en la batalla de Foix el destino estuvo marcado. Algunos se refugiaron en plazas menores pero no ofrecieron fuerza a las tropas de Carlos I.

Con esta batalla quedo definitivamente Navarra en manos castellanas.


3° Sitio: Mezieres (1521)

Por el norte de Francia el ejercito del Imperio Sacro invaden Francia y sitian Mezieres al mando de Enrique de Nassau.

Pero tuvo una ferrea resistencia por parte de las tropas francesas al mando del Caballero Bayard y Anne de Montmorency.

Estuvo cerca de 3 meses y la resistencia le dio tiempo a Francisco I para reunir su ejercito.



4° Sitio: Tournai (1521)

Siguiendo en el norte de Francia, las tropas Imperiales sitian Tournai (en ese momento eran de Francia, y ahora de Belgica) al mando de las tropas de Flandes que eran parte de los Habsburgos.

Pero esta vez finalmente en Noviembre del 1521 cae y pasa a manos de Carlos I como region de los Paices Bajos del Imperio Habsburgos, hasta su independiencia formando parte de Belgica.

Francisco I prefirio juntar su tropa en Arres y Hesdin y dejar en manos imperiales a Tournai (que era hasta 1519 la unica ciudad belga en manos inglesas de Enrique VIII).




5° Batalla de Bicoca (1522)


6° Sitio de Genova (1522)

El sitio de Génova fue en Mayo de 1522. Luego de la Batalla de Bicoca (al norte de Milan), las tropas imperiales bajo el mando de Fernando de Ávalos y Prospero Colonna (foto) contra las fuerzas francesas defensoras de la ciudad, comandadas por Odet de Cominges. Pero ya Francia no contaba con los mercenarios suizos (picas) que por falta de pago y por baja moral (masacrados por los arcabuceros españoles) se retiraban a sus cantones, en cambio los lasquenetes suavos (bavaros) continuaban con el Imperio a cargo de Jorge de Frundberg.

Genova era una plaza tambien importante no por enormidad de su ciudad, sino porque era el puerto por excelencia del mediterraneo.

Como Génova se había negado a rendirse, se permitió a los soldados imperiales saquear la ciudad una vez que habia caído. Ademas de las tropas imperiales a cargo de Fernando de Avalos, estaba Prospero Colonna su cuñado (y señor de casi todo el sur de Italia) a cargo de las tropas de los Estados Pontificios, y tambien los estados de Mantua (Federico II Gonzaga) y Florencia.

7° Batalla de Calais (1522)

Enrique VII pacta con Carlos V (Tratado de Windsor) y Inglaterra ataca Bretaña y Picardia. Llegando casi a Paris al mando del Duque de Suffolk. Pero la falta de apoyo de Carlos V lo obligo a retirarse hasta Calais que seguia en manos inglesas.


En 1523 muere el Dux Grimani y su sucesor el Dux Gritti pacta con Carlos V por lo que Venezia deja practicamente sola a Francia.

Asimismo ese año finalmente el Condestable de Borbon consuma su traicion y se pasa a jugar a favor de España.

En ese año termina con una recuperacion francesa a manos de Bonnivet por todo Lombardia, ademas Colonna estaba moribundo y ordeno la retirada dejando el mando en manos de Carlos de Lannoy.

8° Batalla de Sesia (1524)

La batalla del Sesia se produjo en abril de 1524, cerca del río Sesia entre las tropas españolas y francesas.

Sesia es un afluente del rio Po (norte de Italia) y se encuentra a mitad de camino entre Milan y Turin. Como resultado, el ejército español, mandado por Carlos de Lannoy venció a los franceses mandados por el Almirante Bonnivet y Francisco I de Saint-Pol, obligando a los franceses a retirarse a Lombardía en su totalidad.

En esa retirada muere cubriendo la retirada el Caballero Bayard.

9° Sitio de Marsella (1524)
Bajo el mando del traidor el Condestable de Borbon y con ayuda de los tropas de Fernando de Avalos (foto) el sitio de Marsella y su caida era inevitable.

Todos los alrededores de la ciudad ya habian caido y habian sido saqueadas.

Pero los franceses aguantaron casi 2 meses hasta la llegada de las tropas francesas, la defensa quedo en manos de los propios ciudadanos, y se desconoce quien quedo al mando de la ciudad, solo fue el pueblo en general.


10° Batalla de Pavia (1525)

sábado, 21 de mayo de 2011

El Condestable Carlos III de Borbón

EL CONDESTABLE
CARLOS III DE BORBON

Carlos de Montpensier (1490 - 1527) es un noble francés, hijo de Gilberto de Montpensier. Se le suele referir con el título de Condestable de Borbón, por ser condestable con Francisco I, con el que finalmente se enemistó, cambiando de bando en un famoso episodio.
Los Condestables era el Comandante en Jefe de todos los ejercitos y el cargo fue abolido por el famoso Cardenal Richelieu en 1627.
Contrajo matrimonio con Susana de Borbón. La muerte de su hermano en 1501 y de su esposa lo convirtio en Conde de Clermont-en-Auvergne, Condes de Montpensier y Delfin de Auvergne, Conde de Clermont, Conde de Forez, Conde de La Marche, Duque de Auvergne y duque de Borbón, pero no le sobrevivió ningún hijo que los heredara.
Carlos murió en 1527, durante el Saco de Roma, pero los títulos ya habían pasado al dominio real en 1523 por la querella sucesoria contra Luisa de Saboya, reina de Francia, que salió favorecida, excepto el ducado de Borbón que fue entregado a una línea menor de la casa, la de los duques de Vendôme. La disputa que a raíz de ello había surgido, y en la que Francisco I de Francia optó por beneficiar a su esposa en perjuicio de Carlos, uno de sus más importantes generales, produjo que éste cambiase de bando en un momento clave de la Guerra Italiana de 1521-1526, pasando a servir al emperador Carlos V en plena guerra en el año 1523 huyendo disfrazado una vez descubierto su traicion.
En España fue bienvenido solo por el Rey Carlos V, el rsto de la corte lo miraba con desden hasta le dedicaban romances como el famoso Castellano Leal
... Y de pajes y escuderos
llevando un tropel en poscubiertos de ricas galas,
el gran duque de Borbón.
El que lidiando en Pavía
más que valiente, feroz,
gozóse en ver prisionero
a su natural señor;
Y que a Toledo ha venido
ufano de su traición,
para recibir mercedes,
y ver al Emperador...
Para ver el Romance completo

miércoles, 18 de mayo de 2011

Saga: la derrota francesa

153 A
MAGDALENA SIMPER

Magdalena captura a Dago en su camino al oro del Beylerbey



154 B
MAGDALENA SIMPER II
La historia de Magdalena Simper y de los asesinos eficientes


155 C
MAGDALENA SIMPER III

El enviado del Beylerbey rescata a Dago y el hermano de Magdalena encuentra paz


155 A
LA MUJER DEL BARCO
Dago regresa a Venecia con el mismisimo Beylerbey y con una dama



156 B
EL PALACIO RENZI
El Beylerbey tiene una mision en Venecia antes que sea demasiado tarde


157 C
ADIOS DE SANGRE

El rescate de la hermana es hecho por mujeres que no quieren la dote



158
EL CONDESTABLE

La traicion de Carlos, Duque de Borbon y Condestable de Francia que ataca Navarra


159
EL CONDESTABLE

Picas y cañones, y los invensibles suizos

160
EL CONDESTABLE
Carlos de Borbon pasara a la historia de Francia como un traidor

161
EL SUEÑO MILANES I
Dago es retado a duelo por un sobrino de Alencon, marido de Margarita

162
EL SUEÑO MILANES II

Dago t D'Arnuill van hacia la trampa del rey

163
EL SUEÑO MILANES III

Homero el poeta que no sabe leer debe entregar una rosa


164
BAYARDO

Una gitana lee el futuro de los guerreros que pasan por su camino


165
BAYARDO II

Una derrota puede llegar a lo mas hondo del corazon de un guerrero

166
BAYARDO III
Bayardo cubre la estampida del ejercito frances


167
PAVIA I
Henry solicita a los imperiales que manden a su campeon

168
PAVIA II

El Rey busca a los suizos y a Alencon

169
PAVIA III
Dago le lee al Rey la lista de nobles caidos

170
LOS LOBOS
Los lobos se preparan para un festin a la espera de la hermosa campesina

171
EL CRIMEN
Un crimen por el amor de una mujer.

172
EL JURAMENTO
Un juramento hecho de un guerrero a un amo.

173
EL LLANTO DEL NIÑO

Proteger a un bebe que causa muertes por donde va


174
PIEDRAS Y PALOS
Una comarca es atacada y los pobladores solo tiene piedras y palos

175
EL FUGITIVO
Dago ayuda a una joven noble a huir de su futuro esposo.


176
LAS HIJAS DE FANTASIA
El sacrificio de una madre por sus hijas

viernes, 6 de mayo de 2011

El Califato

Califa (del árabe jalifa, "representante").
Aunque algunas personas lo traducen mal como " sucesor", ya que Allah no tiene sucesor.
Tras la muerte de Mahoma en el año 632 hasta 1924 quienes le sucedieron como cabeza de la umma o comunidad de musulmanes.
A lo largo de la historia, sin embargo, ha habido muchos disensos sobre la legitimidad de tal liderazgo, lo que ha propiciado la coexistencia de varios califas, cada uno reconocido por un sector de musulmanes, o la existencia de comunidades que no han reconocido como legítimo a ninguno.
A la muerte de Mahoma le sucedió como califa sin ninguna duda y en consenso absoluto por la calidad humana y su fe, Abu Bakar "as siddiqui", el mejor de los compañeros de Mahoma.
Los califas debían ser a la vez jefes políticos y religiosos. Como religiosos no tenían poder para prescribir ningún dogma pues se consideraba que la revelación divina había sido completada y puesta de manifiesto a través de Mahoma. No había nada que añadir. Como líderes políticos, los califas de Bagdad, el califato más reconocido y duradero, perdieron pronto sus facultades en favor de los distintos sultanes, que fueron los gobernantes efectivos de los territorios situados bajo la égida del califa.
Según el pensamiento de los sunníes, los cuatro primeros califas del mundo islámico constituyeron una edad de oro y se les llamó los "bien guiados" o "cuatro califas justos". Además impusieron unas exigencias para acceder al califato:
. El califa debía ser un árabe y pertenecer a la tribu de Quraish (a la que pertenecía Mahoma).
. Un consejo de ancianos que representara a la comunidad islámica elegiría al sucesor.
. El califa tenía como misión la difusión del Islam.
Según el pensamiento de los chiitas, el propio Mahoma había designado un sucesor antes de morir. Este sucesor era su yerno Ali ibn Abi Talib, casado con su hija Fátima. Ali y sus sucesores serían pues para los chiitas los legítimos califas. Ali fue elegido califa en cuarto lugar, pero tras su elección se desató una fitna o guerra civil que dio lugar a la división de la umma en tres bloques: los partidarios de Ali, en adelante llamados chiíes; los partidarios de Muawiya, su oponente y primer califa omeya, que constituirían la mayoría y con el tiempo serían llamados sunníes; un tercer grupo, los jariyíes, opuestos tanto a unos como a otros y partidarios de la elección del califa entre todos los musulmanes.
Califatos del Islam
Surgieron o se crearon los siguientes califatos, hasta su abolición en 1924.
Cuatro Califas Ortodoxos - Electos por la comunidad. Único califato reconocido por sunnitas y shiitas.
Califato Omeya (661-756) Primer califato hereditario de orientación sunnita. Su capital fue Damasco.
Califato Abbasí (756-1258). De orientación sunní. Su capital fue Kufa (756-762), luego Bagdad (762-1258) y finalmente El Cairo (1258-1517).
Califato Fatimí (909-1171). De orientación chií. Sus capitales fueron Cairuán (909-973) y El Cairo (973-1171).
Califato Omeya de Córdoba (929-1031). De orientación sunní.
Califato Otomano (1517-1924). De orientación sunnita. Su capital fue Edirne y Estambul (1453-1924). Turquía abolió el califato en la reforma constitucional de 1926.
Además, el Imperio Almohade (1145-1269), con capital Marrakech, aunque no fue oficialmente un califato ni su gobernante usó el título de califa, sí hizo uso de un tratamiento habitualmente asociado al califa: el de príncipe de los creyentes (luego heredado por el sultán de Marruecos, hasta hoy).

domingo, 17 de abril de 2011

El Caballero Bayard

A partir de ser nominado como embajador ante el Rey Francisco I,
Dago conoce al Caballero Bayard

"el caballero sin miedo ni tachas"



Pierre III du Terrail, señor de Bayard, que queda cerca de Genoble, fue mas conocido por el sobrenombre de Bayard o de caballero Bayardo en español, Pierre III du Terrail, fue hijo de Aymon (o Amon) y de Hélène Alleman-Laval, fue un noble delfinés, nacio en Pontcharra en 1476, muerto en Rovasenda en 1524, que participó de forma destacada como caballero en las guerras de Italia


Su vida y sus hazañas fueron contada por uno de sus compañeros de armas, seguramente Jacques de Maille (en la Très Joyeuse).
Se trata del personaje histórico que da origen a la leyenda del «chevalier sans peur et sans reproche» (el caballero sin miedo y sin tacha) y simboliza por excelencia los valores de la caballería francesa a finales de la Edad Media.


Fisicamente era guapo, alto, esbelto, de ojos y cabello negro, tez bronceada y perfil aguileño. Su carácter era alegre, generoso hasta el exceso —lo que hacía que siempre tuviera el bolsillo vacío—, sobresalía como jinete y en el manejo de la espada, y estaba, en fin, adornado con tantas cualidades que no tardó en hacerse amar por toda la corte de Luis de Luxemburgo como paje del Rey carlos VIII.


Cuando el rey invadió Italia, y los Estados italianos formaron una liga contra él. Los franceses ganaron la batalla en Fornovo, a pesar de que el ejército enemigo era mucho más numeroso. El campeón ese día fue nuevamente Bayardo. El enemigo había matado a dos de sus caballos, su espada se había partido y la cota de mallas estaba destrozada, pero a pesar de todo había logrado apoderarse del estandarte real de Nápoles. Allí mismo, sobre el campo de batalla, el rey le armó caballero.


Garellano


En 1503, el envío de tropas francesas al Reino de Nápoles iba a servir de teatro a una de las más importantes guerras de la primera mitad del siglo. El Garellano, río que surge de la confluencia del Liri y el Gari y desemboca al norte de Nápoles, servía de separación entre franceses y españoles durante la tercera parte de la Segunda Guerra de Italia (también conocida como Campaña del Garellano). La orden dada por el marqués de Mantua, general en jefe de las tropas del rey de Francia, fue la de enviar una partida de reconocimiento para pasar el río sobre un determinado punto con barcas rápidamente lanzadas. Informado en el último momento, Bayard, se unió al pequeño grupo de exploradores sin haber tenido tiempo de prepararse adecuadamente. Pronto, los trescientos o cuatrocientos franceses y suizos que habían franqueado el Garellano fueron abordados por los 1.500 hombres apoyados por artillería que lanzó contra ellos Gonzalo Fernández de Córdoba. El ejército francés se batió en retirada.
El puente, que era muy estrecho, obligaba a los españoles a presentarse uno a uno ante Bayard, que estaba solo en la retaguardia. La valentía, la habilidad y la restitencia de Bayard hicieron maravillas. «Como un tigre suelto», dice Théodore Godefroi, « se acorraló a la barrera del puente y con su espada se defendió tan bien que el enemigo no supo discernir si estaba luchando con un hombre o con el Diablo. Con esta bella acción, se mereció la divisa de puerco espín con estas palabras: Vires agminis unus habet». Sus compañeros tuvieron que persuadirlo ardientemente para que los dejara relevarlo: el padre de Brantôme y el capitán Ymbault de Rivoire.


Muerte

En 1523, Francisco I, es derrotado, y las tropas italianas cruzaron por primera vez las montañas cerca de Lyon. Bayard fue mortalmente herido por un disparo en la parte posterior del trabuco 29 de abril 1524 en Rabel Milán, mientras cubría la retirada del ejército francés. aun con la columna vertebral rota, ordenó a sus compañeros que lo dejara y le dijo: "Nunca le he dado la espalda al enemigo, no quiero empezar por el final de mi vida."

El condestable de Borbón, que se había vuelto contra el rey de Francia por instigacion de la Corte Francesa, sigue al frente de las tropas francesas de Carlos V. Se encuentra con Bayard y dijo: - "¡Ah! El señor Bayard, dijo, que yo soy piedaso al ver en este estado, a tan virtuoso caballero! " - "Señor-respondió el hombre moribundo," no hay necesidad de piedad de mí, porque no me muero de ser hombre bueno, pero lástima que usted sirva a un príncipe y en contras de su país! . Él se estába muriendo en el campo enemigo, llorado por sus enemigos.

Su cuerpo fue devuelto a Francia y enterrado en el convento de los Mínimos de San Martín-d'Hères (cerca de Grenoble). Sus restos fueron trasladados al 21 de agosto de 1822 en la Iglesia de San Andrés de Grenoble. La admiración suscitada por el caballero Bayard, tanto durante su vida y mucho tiempo después de su muerte, se puede comparar a la inspirada en la epopeya de Juana de Arco.

Bayard encarna el líder juvenil. La clásica imagen adjunta a Bayard es el perfecto caballero que no sólo sabe pelear con talento, sino también defender a los oprimidos, y se oponen al saqueo de las ciudades conquistadas. En este sentido, es heredero de un concepto medieval del honor. Este espíritu caballeresco le permitió ser llorado su muerte por sus enemigos.